(Primo)- ¡Mira! Estaba yo triste por la calle y vi esto (cactus de arriba), es como el abuelo, con su pelillo blanco....
(Yo)- Sí, primo, con su pelillo blanco... (con el alma retorcida por sus palabras)
(Tito)- El otro día fui a la Farmacia y le preguntaron al primo cómo estaba tu abuelo, que siempre que pasaba por allí le saludaba y les contaba cualquier cosa y les dije que ya no iba a contar nada y terminó llorando la farmaceútica.
Abuelo, si es que por donde has ido has marcado... Te quiero
No sé si seré capaz algún día de aceptar que ya no te tengo. Te necesito. Necesito que cuando te diga: no sé si aprobaré tal o cual me digas: tú eres inteligente porque sabes qué necesitas para conseguir lo que quieres y si una vez no llegas no importa, porque eres fuerte y no abandonas. Necesito que me abraces y que refunfuñes en temas de política. Que me cuentes aquella noche en que casi te fusilan durante el régimen franquista y lo feliz que fuiste al "librarte" de eso. Que me digas cómo eran mi madre y mis tías de pequeñas, las bellezas de la Sierra, cómo era el pueblo de Manu o las anécdotas interminables sobre cosas que te pasaron conmigo de
No, no me creo que no vaya a tener todo eso, aunque en el fondo sé que lo tengo en mis recuerdos...
Te quiero, te quiero y te quiero.
A la gente así no se la olvida nunca. Siempre permanece en el corazón.
ResponderEliminarUn beso, Cris!
Estoy segura de que allí donde esté, lo estará leyendo emocionado.
ResponderEliminar¿Te he contado que mi hijo el año que viene va a estudiar a Granada?
Un abrazo
"Si muero sobrevíveme con tanta fuerza pura
ResponderEliminarque despiertes la furia del pálido y del frío,
de sur a sur levanta tus ojos indelebles,
de sol a sol que suene tu boca de guitarra.
No quiero que vacilen tu risa ni tus pasos,
no quiero que se muera mi herencia de alegría,
no llames a mi pecho, estoy ausente.
Vive en mi ausencia como en una casa.
Es una casa tan grande la ausencia
que pasarás en ella a través de los muros
y colgarás los cuadros en el aire.
Es una casa tan transparente la ausencia
que yo sin vida te veré vivir
y si sufres, mi amor, me moriré otra vez."
Pablo Neruda.
El poema que leí en el funeral de mi tío.